Día 50, domingo
Uno de los discos más menospreciados de Bob Dylan se llama "Under the red sky". Lanzado el 11 de septiembre de 1990, encontramos en él canciones importantísimas que nadie se anima a redescubririr. Yo, como buen dylanmaniaco, le digo a todo el mundo que es uno de mis discos favoritos, pero nadie parece saber mucho de él. "Under the red sky" puede tomarse como un disco de la talla de "Nashville Skyline", último de la década de los sesenta, de corte country y por el que Dylan fue “crucificado” simbólicamente por los hippies. Siguiendo con la analogía, la canción Under the red sky, verdadera joya del disco, vendría a ser una suerte de Lay, lady, lay. En este punto muchos críticos musicales, que no saben nada, podrían vapulearme hasta el cansancio. Otras canciones que sobresalen son 2x2, de gran calidad musical y con una letra estupenda. 10 000 mens tiene un final tan enigmático como All allong the watchtower: “Baby, thank you for my tea! / It's so sweet of you to be so nice to me”. La paranoica T.V. Talkin Song tiene quizá la letra más exquisita, consciente y social de los últimos 20 años. “Your mind is your temple, keep it beautiful and free, / Don't let an egg get laid in it by something you can't see”. No puedo olvidarme tampoco de Good knows (de hecho, no me la puedo sacar de la cabeza). Otra canción bellísima es Born in time. De hecho, si tuviera que dedicarte dos canciones de este disco, te dedicaría Under the red sky -no sólo porque fue la canción que marcó mi último verano, sino porque creo que somos como los chicos en un pastel y también creo que soy el hombre en la luna que regresó a su casa cuando el río se secó- y la otra sería Born in time, entre otras cosas -la voz rasposa de Dylan, es una de ellas- por esta frase: “Not one more night, not one more kiss / Not this time baby, no more of this”. Tampoco quiero olvidar canciones como las divertidas Unbelievable, Cat`s in the well y la autobiográfica Handy Dandy.
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